La lengua es esa herramienta que usamos para poner nombre a los pensamientos y que la humanidad utiliza para comunicarse entre sí. Es fácil de comprender, por tanto, que es una herramienta colectiva y que evoluciona según evolucionan los pensamientos a los que la sociedad quiere poner nombre.
Si no fuera así, todavía seguiríamos hablando lenguas romances y no tendríamos palabras para decir batería, centro comercial, pila, intranet o frigorífico, y no tendríamos cómo expresar que vamos a circular en coche por la autovía, así que diríamos que iremos en carro por la vía.
Somos defensoras a ultranza de las normas de la lengua y la gramática, aunque desde siempre nos cuestionamos quiénes dictan tales normas y por qué tardan tanto en adaptarse a la realidad del colectivo, que es finalmente quien posee y usa esta herramienta. Nos gustan la corrección y la pulcritud en los textos. No podemos evitar fijarnos en las construcciones gramaticales, en la concordancia de los tiempos verbales con los sustantivos y en las pequeñas curiosidades que tienen las lenguas.
Aunque haya sido, y esté siendo, un poco molesto aquello de todas y todos, parece que después de muchos años de trabajo en esta y otras direcciones, vamos generando cierta conciencia social alrededor de la situación de la mujer en el mundo, sin que esto sea para nada una victoria. Queda mucho que hacer, nos queda mucho que hacer. Nosotras hemos empezado por evitar el todas y todos hace tiempo, siempre en favor de otras construcciones que nos incluyan. No es tan complicado.
Cada vez somos más las que sabemos a ciencia cierta que no nos morimos, nos matan, y las que contamos el número de mujeres en un estrado o en un equipo directivo y extraemos conclusiones de qué tipo de evento o de compañía tenemos delante según ese resultado. Cada vez somos más, pero aún somos pocas y ellos son menos todavía.
Queremos compartir con nuestra comunidad una hora de audiovisual que debería proyectarse en todas las escuelas, fundamentalmente en las de comunicación. La lengua evoluciona con el pensamiento colectivo ¿ha llegado ya el pensamiento colectivo de esta sociedad a que las mujeres somos la mitad de la población y no puede invisibilizarnos? Definitivamente, no. Pero estamos en el camino.